El Baile del Escorpión

"Te tomé de los hombros y te quedaste mirándome fijamente. Sin parpadear. Me dí cuenta de que la mirada del Escorpión es más aguda que el veneno que recorre sus entrañas. Pero luego cambiaste el tema, sonreíste, parpadeaste y se perdió la adrenalina del momento. Te llevé a un parque olvidado y polvoriento que nos quedaba cerca, y ahí nos sentamos en una banca. Entre el momento en que nos sentamos y el momento que nos besamos pasaron unos 10 minutos, durante los cuales hablamos de cosas que no sirven para nada.

Luego llegó, elegante e inevitable, el beso.

El Beso me hizo pensar, por momentos, que estaba perdido. Que la sustancia tóxica activa que llevabas en tu cuerpo arácnido estaba adentrándose lentamente en mis entrañas. Y ni eso me hizo apartarme de tí, porque nadie me dijo nunca que el veneno que una Escorpiona transmite cuando te besa es increíblemente adictivo, para aquellos que de cualquier manera ya están condenados."


Rocalfo.

sábado, 3 de diciembre de 2016

Maestría en Gestión Directiva y Evaluación a Instituciones Educativas



Escuela Normal Superior Federal de Aguascalientes
“Profr. José Santos Valdés”
Maestría en Gestión Directiva y Evaluación a Instituciones Educativas
Curso Propedéutico
HABILIDADES DIGITALES
Nombre del maestrante: Vanessa del Rocío Alonso Caldera


Bienvenida
Este espacio ha sido creado para probar las virtudes y capacidades tecnológicas de los maestrantes de la ENSFA, quienes, sin pena ni gloria, intentan cumplir con las exigencias y aprender un poco más sobre las nuevas tecnologías en el proceso. 



A continuación se despliegan diversas prácticas con sus respectivas indicaciones y productos (tablas, gráficas, cuadros, resúmenes, síntesis, etc.); en los cuales se fomenta en uso de las tecnologías de la información y la comunicación, en un intento por preparar mejores elementos para la Maestría en Gestión Directiva y Evaluación a Instituciones Educativas de la Escuela Normal Superior Federal de Aguascalientes.
Se aceptan comentarios, sugerencias, críticas, dudas, etc.; todo con la finalidad de pulir esos pequeños detalles que se le van al ojo inexperto y que, usted, amable lector, tiene muy a la vista; se agradecerá su muy extenso elogio y su muy descriptiva opinión en vías de mejora.


PROTOTIPOS TEXTUALES
En la redacción de textos hay características recurrentes, empleadas para funciones específicas, a estos distintos grupos se les llama "Prototipos Textuales", son cinco. 

NARRACIÓN
Es un texto que relata ordenadamente una serie de acontecimientos o sucesos reales o ficticios.


Elementos de la narración
  • Narrador
  • Argumento o acción 
  • Personajes
  • Espacio 
  • Tiempo

Ejemplos:
  • Cuento
  • Novela
DESCRIPCIÓN


En este tipo de texto se presentan una serie de características sobre personas, animales, cosas, lugares, hechos, etc.

Su finalidad es crear una imagen mental de lo descrito
Nota: La descripción funciona como recurso dentro de muchos tipos de textos, no sólo en los literarios. 

ARGUMENTACIÓN 
Es dar motivos o razones para apoyar o defender alguna postura u opinión frente a un tema. Su labor es de convencimiento.
Para esto, se necesitan de enunciados lógicos e información pertinente que respalde nuestra postura.
Ejemplo: el ensayo.

EXPOSICIÓN
Presentar ampliamente información objetiva sobre un tema, puede ser escrita u oral.

Es el resultado de una investigación, en la cual se ha filtrado antes qué información es esencial para la presentación del tema. 

DIÁLOGO 

Se basa en la representación de una conversación tomando en cuenta la participación de los interlocutores. También se considera un recurso literario. 

lunes, 28 de abril de 2014

Del dicho al hecho...

Ese día, ciertamente, nada de lo que ocurrido había sido vislumbrado por mi mente, ni siquiera entre mis desvaríos más decadentes. Sin embargo, no descarto alguna pincelada de nostalgia o melancolía, sustantivos abstractos tan materializados en mí, tan bien versados por Lord Irresolute. Y, he de admitir, difiero con él sobre nuestro primer encuentro, y así, pongo en duda su impecable memoria.
Ese día, el día de nuestro primer encuentro, definitivamente vagaba por los prados de la universidad, qué más podía hacer antes del mediodía. Aún no usaba gafas todos los días, sólo en ocasiones. Y, definitivamente, mis senos ya eran prominentes, por lo cual mis problemas de pantalones ya eran imperantes, para mí y para el resto del mundo.

Fue hace ya casi cinco años, nuestro primer año en la licenciatura. Mi primo estaba bajo el maravilloso régimen metabólico de los imanes, tú, tú conservabas el aire infantil que desvanece la pubertad. Pasé por el edificio cincuenta y cuatro o cincuenta y dos, ¿importa? Estabas en una de las jardineras, proveyendo a toda la flora de dióxido de carbono con las donitas de humo. Desde ese día te veo como fuente de pecado: fumabas, era un hecho; tomabas, al igual que mi primo, si no es que con mayor maestría; y, bueno, tu sexualidad, para ese entonces, era un mito, uno que muchos quisieron comprobar y otros hasta romper, un mito que terminó sumando una importante lista de especímenes. ¿Hombres o mujeres? ¡Acaso importa? ¡Para nada!

No preguntaste mucho sobre mí, bastó con saber que era familia de un amigo tuyo, por más duda que cupiera, lo aceptaste. Supiste mi nombre, sobre mi problema de hombres y un poco de mi carrera, mi carrera. ¡Qué ruido te hizo cuando te emparentaste con él! Y fue hasta entonces, hasta que te atascaste en hiel, que te interesó del todo la retórica y poética y que podían llegar a escurrir de mi pluma o de mi boca. Después, te atrajo más la ponzoña de mi boca y el dolor de mis letras. Después, formaste un universo para él sin abandonar tus caóticas amistades, tus contaminados vínculos sociales que enmohecían cada vez más y sin parar.

No ha pasado mucho desde entonces, bueno, sí: la soledad. Ésa que intenta curarlo todo y al menor descuido nos embriaga de rencor. No es mucho tiempo, sí, muchos recuerdos. ¿Hasta qué punto todo ha sido un desperdicio? Yo me lo cuestiono todavía.

sábado, 12 de junio de 2010

-II-

13 de marzo de 2008

A un año, mi vida, a un año de conocerte, de ser el hombre más feliz del mundo, de haber probado tus mieles y de ser merecedor de ellas. Mi chiquita, yo sé que hemos tenido momentos difíciles, como toda pareja, pero mejoraré, por ti, para nosotros, porque tú, mi muñequita, llevas dentro un muñequito, sí, nuestro bebé… D. A. J.

Un año dos meses después… rin… rin… (Tono de llamada entrante).

-¿Si, bueno?

-Hola.

-¿Qué necesitas?

-Necesito que me dejes en paz, ya quiero mi libertad, no quiero pensarte, ni olerte entre los jardines de mis recuerdos, necesito que me olvides.

-¿Crees que yo no quiero lo mismo? Estas mal, David, muy mal, ¿cómo pretendes mandar al carajo dos años conmigo? ¿Con qué cara me reclamas tu libertad, siendo que tú me quitaste la mía? ¿Acaso no recuerdas tus faltas, tu poca moral?

-Ya, basta. Hazte a la idea de que tú y yo ya no tenemos nada que ver. Yo no te quite nada, las gracias deberías dar, por mí eres la mujer cálida y perfeccionista, ¿o no te alaban todos eso? Yo no tengo ningún pendiente contigo, así que, ¡bórrate!

-¿Ah no? Entonces, ¡devuélveme a mi niño!

-¡¡Tú jamás me dijiste que ibas para los tres meses!!

Tuuu… tuuu… tuuu… (Tono de línea cortada).

Hace ya tanto, tanto tiempo, tantos días, tanto llanto. Hoy te vi, ni niño. Tú, mi pequeño bebé, no tenías la culpa de nada, de mi irresponsabilidad, de lo poco hombre de tu padre. Tú tenías que nacer, tenías que ser mi alegría; tenías que evitar que yo fuera, lo que ahora soy; una mujer de nadie, una mujer que cree poder hacer su voluntad con cuanto hombre se le encara. Tu madre, hijo mío, no es nada. Es restos de una chica soñada, soñada con un amor que nunca existió.

Fue en febrero del 2008, yo era todavía una niña, no puedo negarlo, lo novato se me veía en los labios, en las palabras, en los abrazos. Descubriendo las mieles del amor y a la par, la traición de un hombre, la desilusión. Fue cuando David y yo, nos enteramos de que pronto seríamos padres. Pero antes de tener padres, hijo mío, ya eras víctima del divorcio, con una madrastra. David deseaba irse a Jalisco, a continuar sus estudios, a olvidarse de mí, a encontrarse con Mónica, su nueva conquista. Y retiembla tu voz en mi mente, David…

-Te vas conmigo para allá, yo voy a trabajar y a estudiar, vas a tener al niño, pero nadie sabrá nada. Cuando me gradúe le contaremos a mi familia, se alegrarán y mi chiquito tendrá un hogar aunque no estemos juntos. Eso sí, tú tienes que olvidarte de tu madre, porque nadie debe de saber dónde estás.

-Estás idiota, David, yo no me muevo de aquí. Vas y con los huevos en la mano, le dices al mundo lo que hicimos, porque estamos igual de jodidos los dos. ¿Cómo pretendes ocultar un niño? No tienes cerebro, ¿verdad?

-Mira, hay de dos, aceptas lo que te ofrezco, o hallamos otro medio para no dejar nuestros planes truncados.

-¿A qué te refieres?

Yo sabía de qué hablaba, pero ¿qué hacía? Dejé todo por él, a mi familia y amigos, lo obedecí, por dos semanas tome mil porquerías que tu padre me dio, hierbas, pastillas, golpes… perdóname, mi amor; perdóname, mi niño.

Para marzo del 2008 yo, yo ya no te alojaba en mi vientre, ahora tu casita, estaba hecha pedazos, pedazos que junto a tus restos salieron poco a poco de mí. Pérdida que me dolió sangre, que me costó agonía. David, se enteró después de la nota que me envió, yo ya no sabía nada de él, pero tú ya no estabas, y pensé que era lo mejor. No existía nada que nos uniera, haríamos cada uno su vida muy lejos del otro. En abril, él me dijo que me hiciera otra prueba de sangre, para asegurarnos de que ya no existías, de que no estorbarías, de que ya no éramos nada.

David no me acompañó a la clínica, estaba muy ocupado, “enfermo” con su enfermera, en Jalisco. De nuevo fui sola, esperé sola, y lloré igual de sola. Al regreso de tu padre, me encontraba de nuevo tranquila, no me pesabas, porque siempre creí fue lo mejor para ti; pero él vino por mí, para trazar una nueva ruta a mi lado, y no se lo permití. Desde entonces hasta ahora, mi niño, tu padre no deja de reprocharme tanto, de echarme en cara la mala mujer que he sido, la basura de ser humano que fui. Si David supiera lo que soy ahora -¡ja!- esta vez no me la perdonaría.

Tengo que irme, mi bebé, pero antes de lo que te imagines, estaremos hablando como hoy. Me espera mi Leoncito. Sí, Rafa, tu madre no cambia y cambiará.

Una Historia Nace...


¡Hola chicas!









Antes que nada quiero compartirles un poco del por qué de mi nota. Aquí, en mis notas, narraré ocurrencias mentales, imaginación pura, picardías que tal vez yo nunca haría. Les pido su apoyo leyéndome y opinando. Si quieren que se agregue a alguien más para leer esto, con mucho gusto se hace jejeje. En verdad, necesito de su apoyo. La protagonista por ahora no tiene nombre, así que necesito sugerencias.


-I-



"Basta, ya, ya, aaaahhh…" Hace 24 horas de eso.







Después de cuatro años, tu adicción al alcohol, una banda, la bruja de tu madre, la igual de bruja de tu hermana, tu inexistente prepa y dos novias, más otros tantos novios míos… me buscas. Sí, tú me buscas a mí. Parece que no sabes lo mucho que me hago del rogar, parece que no sabes que a mí, a mí, no me vas a condicionar. Las cosas se harán cómo y cuándo YO quiera, ¿entendido?



En nuestros días de secundaria, jamás quise ser tu novia, sólo jugaba contigo; te robaba besos, abrazos, provocaba cada poro de tu piel, mojaba tus mejillas y oídos con mis labios. Y tú, tú amabas mis piernas, alucinabas con ellas, al igual que con mi escote. Recuerdo lo mucho, lo demasiado que lloraste cuando la secundaria terminó, tanto que caíste en el vicio del alcohol.







No te culpo, debe ser difícil superarme, cosa que no hiciste. Gracias a mí solucionamos tu problema con el trago, para que entonces a ti se te ocurriera tener como novia a una momia de anchas caderas, muy delgados hombros y expresión retrasada, Patty, siempre me celo porque tú nunca dejaste de llamarme, de buscarme. Sí, Mario, sí, admite que siempre he habitado tus pensamientos, ni el mundo entero ha podido contra mi recuerdo.







Y ahora que me llevas restregada en toda tu piel, ¿cómo le harás sin mi cuerpo? Ayer disfrutaste como nunca de mi compañía en tu habitación, como siempre lo habías pedido, eres el cuarto en mi lista, el cuarto hombre virgen que entra a mi mundo, se empapa de mis delicias y sale deseante de más y más y más. Pero, te la pelas. Ya no habrá otra ocasión, bueno… sólo si a mí se me antoja. Crees que fue muy placentero, y sí, pero… pensé que tu “amiguito” sería un poco más largo, o por lo menos más ancho. Tus besos no me llevaron a ningún lado, me tenías, inerte. Tus manos; torpes. Por más que buscabas mi punto de excitación, no hallaste ni madres. Te perdiste en mi escote y no sabías ni por donde besarme, querías tener mis pechos y piernas a la mano. Me llevaste al suelo y pretendías una rusa con mis seños o un buen chupete de… de eso que ni risa me pudo dar. Pobrecillo, es que, eres virgen. Ok, ok, ERAS.







Agradéceme de nuevo, tu primera vez fue conmigo. Tu languiducho pene me hizo los mandados porque no me lleno, no dio el ancho; eso sí, que rico lo movías, pero nada más eso. Te quedaste con ganas, lo sé, no eyaculaste –aaaahhh-. Pero no puedo hacer nada con eso, perdiste tu oportunidad, cómo querías sentir presión si un dedo mío es más ancho que tu miembro. ¡Dios!







Muy dignamente, me dijiste: “Pues, nos vemos en un año para la segunda vuelta, porque ahora, ahora tengo novia”. Next! Hoy por la madrugada dejaste lo siguiente en mi bandeja: “El jueves no tengo clase, dime que tú tampoco”



Posdata: A la próxima ten a la mano más de un condón, y procura usarlo. Digo, si no es mucha molestia.

lunes, 30 de noviembre de 2009

...

Porque me atormentas, alma mía ¿Qué no es tuya mi vida? ¿Qué no es tuyo mi cuerpo, mi espíritu, mis logros? No me rechaces, ten caridad de tu humilde cortesana, átala de nuevo a la puerta de tu casa, no dejes por razón alguna que sus labios produzcan otro nombre que no sea el tuyo, haz que predique fidelidad ante todo el mundo. Amor, amor, dime, dime ahora ¿Dónde es que mi ser se pierde? será acaso entre las rocas, en algún suspiro, entre tus rizos; dime, dime y no me desconsueles, no ahora que me desangro, no ahora que mi garganta raspa, no ahora que mis lágrimas simulan sosa caustica.


Amor, he pecado por servir a otro amo, he pecado por no entregarme a tus goces, he pecado por no permitirme sentir tu inmensidad y la mía, por buscar mi equilibrio en la insensibilidad; he renegado de mis deseos, de mis anhelos, de ti mi noble caballero. Y ahora, ¿qué hago? Dime, ¿dónde me hundo, dónde me escondo? No puedo con la vergüenza, con la deshonra, con mi afrenta; no puedo con el llanto y la agonía, dime lugar alguno para gritar, para que mis manos desmoronen rocas, para que despedacen raíces, para que me liberen de mis ropas.

Amor, amor, por vida tuya responde, apiádate, que no ves esta mujer deshecha, que no ves lo mucho que me pesas, no es evidente mi herida, mi incierto yugo. Amor, amor, dime si sólo a tu camino traje desgracias, si no bastó con mi alivio y mis ganas. Amor, amor, ven y limpia mis lágrimas, rodea mis mejillas y roba mi garganta, aprisióname en tus brazos de nuevo, no me sueltes, no lo hagas, espera a que mi aliento cese, espera a que me muera por partes, espera y guarda esa imagen.

Amor, amor, mi espalda se rompe, mis dientes rechinan, mis manos impotentes buscan aferrarse a ti y, ¿dónde estás amor, dónde? Que no te siento, que no te veo; y cómo hacerlo si libre te solté, si poco a poco te ahuyenté, si el miedo fue más grande que mi fe.

Amor, amor, perdona si esto te fastidia o te abruma, perdona mis constantes llamadas, perdona mi aferramiento, perdona la falta de consciencia hasta ahora, perdóname la vida, pero no me la devuelvas, que continúe en tu pecho, que padezca en tus manos.

Amor, amor, no es demasiado ya este sufrimiento, ven y dame fin, ya no puedo sin ti ¿qué es derrochable lo que expreso, acaso no se entiende mi arrepentimiento?

Amor, amor, ven por mí, ven por mí, amor, amor… por favor. Déjate sentirme tuya una vez más, haz jurar de nuevo que nunca te irás, llévame al polo opuesto de tu eternidad. No basta el dolor en comparación de tu sacrificio, basta entonces mi amor, eso tu dímelo.

lunes, 5 de octubre de 2009

Los prados secos de tu mente

¿Recuerdas aquella mañana? Ja ja ja… yo sí, como si fuera ayer. Aquel revolcón que nos dimos en los prados ya secos del colegio. Tentación, esa divina palabra que movió tu mundo por completo, sabes a qué me refiero.




-          Darla, ¿te puedo decir algo?

-          Adelante Gabo, dime.

-          Te traigo tentación.



Mi mundo también sufrió mil y un desastres, aunque he de admitir, no tan estrepitosos y alienígenas como los tuyos. Al ponerme en tus zapatos, veo lo difícil de tu situación: “Tengo novia y deseo a otra”, y no a cualquier otra, es necesario agregar, nada más ni menos que a tu estrellita no fugaz, aquélla que dijiste te duraría por siempre e iluminaría tus cielos toda la vida. Creo que lo he cumplido, desde hace ya casi 8 meses, bien aderezados a punta de besos, abrazos, endulzamientos de oído y, por supuesto, peleas; no me he separado de ti. Iniciaste como un pretendiente, y ahora, eres uno más de ese montón que me busca cuando sus novias no los llenan. ¿Sabes algo? No olvido la mañana en que tus manos se perdieron bajo una sudadera rosa y mi apretada blusa azul, tus manos no podían parar, mucho menos tus labios que por más delicadeza que disimulaban terminaron descubriendo puntiagudos dientes moliendo a mordidas mi pecho y mi torso. Tus ojos perdidos, vaya que en blanco estaban, por supuesto que no la creías, no podías. Todavía en mi mente tus palabras hacen eco, sabes a lo que me refiero,  ¿cierto? Digno cobarde, hunde tu cabeza, esconde tu vergüenza en lo más profundo de tus hombros. Mira que la infidelidad es para profesionales, no para aficionados como tú; personas torpes en el arte de las maniobras pasionales.



-          Darla, no cabe duda, después de esto me queda claro lo mucho que amo a mi novia.

-          Bueno, y ¿por qué lo dices mijo?

-          Porque a mí me llena su alma, y no su cuerpo. Por lo mucho que he resistido a su lado, sin nada más que sus clásicos, pero tiernos besos.



¡Ay corazón!, ¡qué risa me dio! Tú me buscaste precisamente por eso, porque ella te aburrió, porque necesitabas más, y eso, yo te lo di. No has entendido, que de mí nadie se olvida, que mis besos son adicción pura, no has aceptado que tú necesitas a una mujer y no a una niña. Tú, vida mía, tú, no la amas, quieres protegerla no hay duda, quieres sentirte amado y quién mejor para demostrarlo que una mocosa de quince años, de esas simplonas que se esclavizan ante un falso dios, ante un falso amor que las transforma a su antojo y las domina, a su primer amor. Sabes que no me equivoco, que los oídos te sangran ahora mismo;  sabes que yo jamás seré “tu niña”, porque yo, yo no soy de cualquiera, puedo llenarme de situaciones banales, pero ninguno de los tuyos saciará mi alma, porque ninguno tiene las suficientes agallas para hacerlo, porque ninguno, ninguno, puede reparar los daños que otro hizo. Lo intentaste, aún así, terminaste siendo tan poquita cosa para mí. ¿Qué se siente, haberlo dado todo y quedar en ceros? ¿Qué se siente, amar perdidamente y sólo ser deseado y si es que lo eres? Ves entonces por qué me alimento de sus desdichas, porque no me importa ser la zorra o la puta, al fin y al cabo son míos, míos, repito. Sus mujeres los creen perfectos, los creen morales y caballeros, cuando en realidad van y se refugian en mi cuerpo, en los placeres mundanos de la vida. ¿O no Paco?

martes, 29 de septiembre de 2009

En el Funeral

 


Ayer, alrededor del mediodía sonó el teléfono augurando una nada linda o amabilísima noticia, un funeral. Ayer a estas mismas horas yo iba rumbo a la Funeraria Hernández, ubicada en Barragán. El día estuvo lluvioso y la noche era cobijada por un frío locuaz que se pelaba por debajo de las faldas y el entrepiernado de los caballeros; abrazar nuestros cuerpos no era suficiente, nos decidimos a entrar, y casi nos da el válgame con el montonal  de gente, para acabarla todos de rancho. Tremenda juntación, antes ya hecha, nunca imaginada de nuevo. Mezquitillo, Cañitas, Fresnillo y, por supuesto, Aguascalientes hacían presencia. Mis ojos no pudieron evitar ver el nacuérrimo ambiente engalanado, claro, por mis siempre rascuachos primos y su finura de señoras. Sin duda parecía un baile  de pueblo, tan poca educación mostraron, que a mi andar, todos se quedaban en pleno sofoco, de milagro los indefendibles y nada elegantes varones  pudieron con aquella situación de bochornísimo. A todo esto, ni he mencionado al culpable de este circo; el marido de la hermana de mi bisabuela, o sea, el tío de mis tías abuelas.



Era increíble ver aquel mar de generaciones unidas, los más lejanos parientes lloriqueando sin ton ni son; mientras tanto, las nietas en proceso de ligue o faje, lo que primero se diera. Al entrar propiamente al cuartito de velación, no a la sala donde fui victima de dicho porqueral, cumplimos con los requisitos de cortesía, un saludo muy respetuoso a todos los que ahogan la sala y nos hacían el favor de realizar el saludable intercambio de alientos. Inició la ronda de saludos, abrazos y besos, que si las hijas, que si los nietos, que si los hermanos, que si la viuda… ¡la viuda! ¿Dónde estaba la viuda? La viuda estaba en su casa, derramando bilis porque al hombrezuelo de su marido (por no repetir palabras en las que ella ponía en duda sus preferencias y actividades sexuales) se le ocurrió morirse; al muy osado se le dio la reverenda gana de antiagobiarse e iniciar la jubilada de su matrimonio, iniciando sus infielatorios pachangones con las abuelitas ya cascaloteadas del más allá. 



Durante toda esta curiosoide noche, me di cuenta de que nos es más que imposible no apoderarnos de las penas de los otros. En cuanto di el primer abrazo a las ahora huerfanas afectadas, demás de mega empastilladas ¡zaz! Que mi garganta se cierra y los ojos se llenan de un líquido que los tiñe medio rojillos. Es tan, tan, pero tan, tontisimísimo preguntar a los antagonistas: ¿Cómo están? ¿Qué tal siguen?; ¿Así o más oportunos? Mi madre no dejó descansar los lagrimales en toda la noche, al igual, que no dejó de presentarme a todo él que se le atravesaba y obstruía su panorama VIP a la cajita del difunto. Al inicio del nuevo día partimos a nuestro hogar, al igual que toda la sala que nos hizo el favor de aparentar. La familia se quedó sola, y entonces pensé: “¿De qué le sirvió al maestro (porque el señor fue catedrático) dedicar su vida a la sociedad?”. Se acabó la fiesta ¡ah no! Hoy de nuevo al mismo dramononón.